viernes, 28 de junio de 2013

Segunda parte.



Querido diario,

voy a hablarte un poco de mi, para que me conozcas y así, a lo mejor, te sientas un poco más familiarizado conmigo. Mira que vamos a pasar mucho tiempo juntos, así que ¿qué mejor que conocernos y llevarnos bien? Sí, ya sé que he dicho que no contaré nada de mi, ni aspecto, ni nombre, ni nacionalidad. Lo sé y pienso cumplirlo. Pero quiero dejar claro que a pesar de lo que pueda parecer este diario, no soy una persona frustrada, tengo relaciones sexuales de vez en cuando con gente a la que no me une ningún sentimiento a parte de la pasión y las ganas de pasarlo bien. Llevo años sin una relación estable, ni siquiera una en la que haya un mínimo de cariño/amor, y no me hace falta, así que tampoco soy una persona necesitada de amor y que utiliza este espacio para desahogarse. Mi problema es mi timidez y mi sentido del ridículo, que muchas veces si no es con dos copas encima me limite a comportarme realmente como quiero y como siento que soy. En mi mente soy de una forma, mi cuerpo se comporta -muchas veces- de una forma totalmente distinta y es frustrante, porque entonces lo que deseo y sueño no se lleva a cabo, o si lo hace, no llega a ser del todo como a mi me gustaría. Y otro de mis problemas es que no consigo encontrar a la persona que haga que se me caigan las bragas con una palabra o una mirada. Sí, tengo relaciones, y me gustan las personas con las que las mantengo, pero siempre les falta algo, siempre falta esa diversión, o esos juegos eróticos, de roles o incluso de BDSM (bondage, dominación y sadismo, masoquismo) que tanto me apetece probar y que no lo hago ya sea por vergüenza de pedírselos a esas personas, ya sea porque la situación de "un aquí te pillo, aquí te mato", o por cualquier otro motivo, que los hay. Y eso me frustra. Siento que tengo tanto erotismo y sensualidad por dar, tanta imaginación, que nos haga disfrutar al máximo a los dos, pero que siempre se queda en mi mente, y no lo llevo a la práctica. Ahora se llevará también por escrito, pero una vez más, sigue sin ser la práctica. 

Un abrazo, porque no me gusta dar dos besos.
A.

1 comentario: