miércoles, 11 de septiembre de 2013

De vuelta.

Después de un verano repleto de trabajo, salidas con mis amigas, y vida de nuevo en familia, por lo que darme placer a mi misma quedaba un poco descartado (sí, admito que tampoco tuve las ganas suficientes como para hacerlo escondida en el baño), he vuelto a mi ciudad universitaria. He vuelto de nuevo a la vida del piso compartido, de los estudiantes (Erasmus también *-*) invadiendo las calles y los bares, a la libertad de llevar a casa a quien quiera y de hacer en mi cuarto lo que mis ovarios quieran porque nadie entrará sin tocar. Pero, aún a pesar de todo lo maravilloso de esto, me siento estancada. Mis follamigos ya se han ido y de repente me estoy encontrando sola en el amplio y vasto mundo de las relaciones sexuales. Y mis bolas chinas, mi vibrador y mi bala clitoriana no son consuelo suficiente. Pero tampoco me siento con energías suficientes como para salir de fiesta e intentar ligar con alguno que me llame la atención. Será porqué la mayoría de mis amigos con derechos me los presentaron o porqué delante de mis amigas me da cierto reparo ponerme a comerle la oreja a alguien. Esto se va convirtiendo en un extraño círculo del cual quiero salir o mejor dicho, necesito hacerlo, pero no sé, o mejor dicho no me siento con fuerzas suficientes, como para hacerlo. Mi Venus interior está ahora mismo odiándome.

domingo, 14 de julio de 2013

Adquisiciones literarias.


He vuelto a mi ciudad y con ello a mi librería favorita, en la cual siempre encuentro pequeños tesoros a módicos precios. Como lectora devota que soy y como persona que cree que el conocimiento siempre puede mejorar si se mezcla literatura con vivencias (teoría - práctica), me he comprado tres libros sobre sexualidad, tanto porque me encanta esta literatura, como porque siempre le veo algo útil. Los libros adquiridos son los siguientes: 



 Los placeres de Lola - Raquel Traba

Es una guía didáctica, divertida y con unos muy buenos gráficos realizados por Beatriz Higón sobre la sexualidad femenina. 

"Ha llegado el momento de usar la palabra y subir la temperatura de tu dormitorio, abandonar los tópicos sobre el sexo  e innovar."

Con esa frase acaba la sinopsis de este libro, en el cual podrás conocer más sobre tu cuerpo, sobre que juguetes puedes escoger, como reconocerlos, saber que material es el mejor, entre otras cosas. 

Y ya que esta sociedad patriarcal margina la sexualidad femenina y desde pequeñas se nos enseña tan solo a ser madres y a satisfacer al marido y nada más, pues va siendo hora de que seamos nosotras mismas las que descubramos por cuenta propia ese maravilloso universo y lo traspasemos a las demás.



Las reglas del juego: el manual del BDSM - 
José Luis Carranco Vega

Lo dicho, la práctica intento muchas veces acompañarla de información obtenida a través de lecturas o viceversa, leo y a partir de allí práctico, o a lo mejor simplemente lo leo por amor al conocimiento. Aún no sé como va a salir esto, pero por si acaso y por curiosidad, placer y fantasías, me he comprado este libro cuya sinopsis dicta: 

"El sadomasoquismo -una de las relaciones sexuales humanas más ricas e intensas que existen- carecía de un manual pensado y escrito en castellano. En Las reglas del juego veremos los instrumentos a usar, su manejo, los efectos sobre la persona sobre la que son aplicados y los diferentes detalles a tener en cuenta para salvaguardar siempre la seguridad y la higiene, y así poder adentrarnos en un mágico cosmos de sensaciones, con el mayor placer y seguridad."

¿Ahora se entiende por qué lo he comprado?



Y por último, aquí tenemos a la joya de la corona. Fue verlo, leer que es una recopilación de cuentos eróticos de varios escritores, tanto clásicos como modernos, y decir ¡tiene que ser mío! y efectivamente, lo es. Contiene relatos del Marqués de Sade, Musset, Apollinaire entre otros; una maravilla, vamos.


"El lector descubrirá que todas las fantasías eróticas, desde el fetichismo hasta la sumisión, pasando por el bestialismo, el incesto o los amores precoces se fusionan y confunden en la sexualidad de nuestro tiempo, en la que no existen los compartimientos estancos sino la libido en estado puro."

El primero ya me lo estoy leyendo, y los otros ya os contaré más en cuanto lo haga. A ver qué tal son.
¿Qué os parece? ¿Alguno que os llame la atención?

Un mordisco,
A.

lunes, 8 de julio de 2013

Tentación y placer



La otra noche me pasó una cosa muy curiosa o divertida, como se quiera llamar. Iba a la despedida de una amiga, con intenciones de estar solo un rato porque tenía que estudiar y no me encontraba precisamente bien. Al final me quedé hasta el cierre, entre cerveza y cerveza y conversaciones más que interesantes con unos amigos suyos que acababa de conocer esa noche. Al final nos quedamos tres amigos de ella y yo, con un reto por delante que uno de ellos me puso: a ver si aguantaba más alcohol que él. Así, con la tontería, entre chupito y chupito, y jarras de cerveza acabamos en mi casa, y faltaba más decir que era yo la que mejor estaba: sorprendentemente y ni siquiera yo sé el como, pero todo el alcohol ingerido no había hecho casi mella en mi. Una cosa llevo a otra y acabamos revolcándonos en mi cama. El tío iba muy ciego, pero aún estaba cuerdo para saber qué hacía, con quien y cómo, además de que decía, porque el tío no paraba de hablar, oye, y no es que me importase, porque yo le estaba dando cuerda. La cuestión es que en todo ese rato, yo era la que llevaba el control y por poco poder que tuviese, me sentía en la gloria torturándolo, dándole ordenes, mordiéndolo hasta que le saliese sangre de los labios y hasta que el cuello estuviese lleno de cardenales. Yo era la que estaba arriba, la que le sujetaba las manos por encima de la cabeza, y la que le permitía o no, tocarme. Por muchas suplicas, por muchas quejas, esa noche se hacía lo que yo quería y lo que yo decía, aunque placer tuvo y a raudales. La situación no fue así sólo por la noche, porque estaba borracho, si no que por la mañana la diversión volvió y de forma mejorada. Y esa sensación fue... indescriptible. No sabría explicar el placer que sentí con ese juego, pero habría podido perfectamente correrme tan solo jugando con él. 

Después me dijo que le iba el sado y yo vi el paraíso ante mi. ¿Tendré la posibilidad de probar cosas nuevas con él? Eso espero, porque hasta ahora ningún tío que ha pasado por mi vida, aunque fuese por una noche, me había dejado tener el control de esa forma y ese mundo que me puede ofrecer resulta demasiado excitante y tentador.

A.

martes, 2 de julio de 2013

¿Sumisa? Yo creo que no... pero...

Desde que me he abierto una cuenta en Twitter, hace dos o tres días, me he dado cuenta de la cantidad de sumisas y de dominantes que existen en la red. El BDSM siempre me ha atraído, aun cuando no lo he practicado nunca y me muero por hacerlo, básicamente porque siempre he querido comprobar mis limitaciones. Eso de ver hasta dónde soy capaz de llegar me crea tal sensación en el cuerpo que hasta podría decir que me pone. Pero la sumisión... uff... estaría dispuesta hasta cierto punto siempre y cuando los roles se intercambiasen después. Me he dado cuenta que incluso en el cibersexo, y eso que es tan solo por escrito, me da cosa ser sumisa, y no lo digo por vergüenza, si no porque me cuesta tanto no ser yo la que manda. En mi día a día fuera de la pantalla soy una mandona y una controladora, de aquellas bordes que siempre tienen algo que decir y que pocas veces hace lo que se le manda. ¡Y qué instinto de rebeldía me sale de las entrañas tan solo con recibir una orden o un mandato! Me puede. Aún así, como parece ser, soy algo bipolar... me encantan las sorpresas y el dejarme llevar, lo que a veces ha desencadenado en situaciones más que agradables y que me sorprendían a mi misma. Nunca me olvidaré de cuando quedé con un desconocido y acabé chupándosela aún cuando mis planes sobre esa velada no fueron como yo lo había previsto. ¿Qué podía haber ido mejor? Tal vez. 

La cuestión es que muchas veces me había planteado como sería dejarme someter, pero cada vez que lo pienso más en profundidad... me rebelo. Mi instinto de igualdad y  mi rebeldía hace que lo lleve incluso al tema sexual, pero si algo he aprendido en mis pocos años de vida es no decir nunca un no rotundo, porque nunca sabes que puede pasar y cuando. Y por qué no decirlo, la idea de probar cosas nuevas, me pone una barbaridad.

Un abrazo,
A.

domingo, 30 de junio de 2013

Jade.



Eran a penas las ocho de la mañana cuando me desperté jadeante y sudorosa. Miré por encima de mi ombligo y lo vi allí, entre mis piernas, dándome los buenos días a base de lametazos y mordiscos en mi clítoris, que me estremecían. Me agarré a las sabanas mientras mi cuerpo se encorvaba y de mi garganta salían gemidos ahogados, llegando al éxtasis.

La noche anterior.

Había decidido ir a una fiesta que organizaba el Club de Lectura en honor al Marqués de Sade y de Anaïs Nin y que prometía, sobre todo porque iba a ser en Lybido, un lugar como su propio nombre indica, en donde la pasión y la lujuria eran los ingredientes claves de los cócteles que allí servían.

Me había puesto un vestido ceñido negro, palabra de honor, que favorecía mi escote y que le alegraría la vista a más de una persona. Unas medias y un liguero pusieron casi el punto final al conjunto, pero fue el pintalabios rojo el que puso la guinda al espectáculo visual que ofrecía.












Unos cócteles, unas miradas provocativas y un baile sensual consiguieron que a las pocas horas de estar en la fiesta saliese corriendo y pidiese un taxi para que nos llevase a mi casa. Él llevaba un traje y los primeros botones de la camisa desabrochados, haciendo que me imaginase como mi lengua acariciaría esa parte de su cuerpo. El fuego recorría nuestras venas, podía notar la vibrante energía que se alzaba si intentábamos separar nuestros cuerpos, su pecho subiendo y bajando a un ritmo acelerado, mi sexo temblando e impaciente porque lo mimasen. Besos, mordiscos, lametones y jadeos inundaron esa parte trasera del coche. Que el taxista nos estuviese observando por el espejo retrovisor tan solo nos daba más morbo y más ganas de montárnoslo allí mismo. Mi lengua buscaba en el aire algo que la llenase, que la hiciese vibrar y succionar, algo delicioso que encontró al desabrochar sus pantalones y sacar su polla de los azules boxers que llevaba. Palpitaba entre mis manos y mi boca sin poder esperar más tiempo, la abrazó entre sus entrañas, acariciándola, mimándola, succionandola, notando su sabor y su tamaño. Mi coño se estaba desesperando y mi mano hacía todo lo posible por calmarlo, hasta que llegase el momento de que él lo satisfaciese. Sin permitirme que le hiciese correrse en mi boca, con un ágil movimiento me encontré debajo de él y su lengua y sus dedos dándome placer, sacándome gemidos, mientras con mirada lasciva y unos suaves mordiscos a mi propio labio, miraba al taxista. Quería explotar, quería correrme y hacer temblar el mundo, pero él no me lo permitió. Sacó un condón y se lo puso, y yo sin apartar la mirada de esa delicia me senté a horcajadas de él, haciendo círculos con mi pelvis y apretando mis músculos pelvicos para así succionar más su polla. Era increíble. Y los movimientos fueron in crescendo, mientras nuestras respiraciones acompañaban el concierto que nuestros jadeos le daban al conductor, el cual se tocaba mientras conducía y de vez en cuando echaba una mirada para atrás. Nuestras lenguas bailaban, nuestros dientes acariciaban y besaban las partes de nuestro cuerpo que estaban desnudas y al alcance del otro. Sentía que podía prender fuego a lo que fuese. Le cogí del pelo con una mano, tirando de él, mientras con la otra arañaba su brazo al sentir esa erupción en mi interior. Me sentía en el espacio, fuera de mi cuerpo, del coche... Me había corrido unos minutos después de que el coche hubiese parado delante de mi puerta y el taxista se hubiese girado para cascársela mejor. Me habría encantado mamársela y dejarle satisfecho, pero mi acompañante no me lo permitió. Cogió y me llevó al piso, prometiéndome entre miradas y caricias que lo que había acabado de pasar, tan solo era el principio...  



A.

La Fantasía.



Todas tenemos fantasías, más o menos difíciles de realizar, pero las tenemos. Y algunas a lo mejor incluso tenemos La Fantasía; aquella que más nos pone, más nos atrae, y con la que soñamos día sí, noche también, que la realizamos. Pues yo también la tengo y hasta que no la realicé... y en parte este blog, este intento de superar mis miedos y mis limitaciones es para llegar a cumplir esta fantasía. Para algunos no será gran cosa, pero si le sumas la timidez, la vergüenza y el pánico atroz a hacer el ridículo... veréis que no es tan fácil.

Pues Ella consiste en salir una noche a un bar, sola, vestido con un corsé, minifalda, medias con liga y a lo mejor incluso un liguero. Zapatos de tacón, pelo arreglado pero con un aire despeinado, labios rojo sangre y ojos negros, remarcando así el azul de mis ojos. Adoptar un rol de femme fatal, con un aire misterioso. Estar en la barra del bar y que un hombre me entre, mantener una conversación de esas que por ellas mismas son capaces de dejarte sin respiración y que solo quieras ir a un sitio solitario para poder comértelo. Y un, dos, tres, cuando nos hayamos dado cuenta estar follando sin contemplaciones en algún sitio en dónde nos puedan pillar. Y después, si te he visto, no me acuerdo.



Siempre me ha apetecido llevar una doble vida, sacar a relucir en ocasiones esa faceta que nadie conoce y que no sale en cualquier momento. Será que he visto demasiadas películas en mi vida, que le vamos a hacer xD. Pero solo de pensar en esta fantasía y de que en algún momento la llevaré a cabo... mmm.

Un abrazo. 
A.

sábado, 29 de junio de 2013

Porno para mujeres; Erika Lust



Hay una mujer que últimamente está revolucionando el mundo del porno y es Erika Lust. Esta sueca de treinta y seis años es una importante directora y productora de porno para mujeres, un porno de carácter feminista que busca unas películas donde las relaciones sexuales sean  más naturales y con personas que nos representan y con las que nos podemos sentir identificadas. Adiós mujeres pechugonas, siempre dispuestas a complacer al hombre y en cuyo placer casi no se centran, ya que la mayoría de las películas porno convencionales suelen acabar cuando el hombre se ha corrido y dan muy poca importancia al placer femenino. Además, Erika intenta que sus películas sean feministas, donde tanto las mujeres como los hombres están en igualdad de condiciones y los dos quieren la relación: adiós violaciones, adiós te pago si me la chupas, etc. Así es como surgió este libro Porno para mujeres, en el cual hace un recorrido histórico por el porno y nos adentra en su dirección y producción. No pretende ser una obra literaria, si no más bien es una guía tanto para conocer el mundo del porno, como para estar más informadas sobre el tema. Además tiene un montón de información como nombres de directores/as, estilos de películas porno, las películas más aclamadas, enlaces, etc. Vamos, está muy completo, es fácil de leer y divertido. Y los gráficos que contiene son increíbles; como que me paso siglos mirando solo lo bien que están hechos.

Si os interesa, en su página web se puede descargar el libro tanto en formado pdf como en epub. (Yo recomiendo el pdf, ya que tiene más calidad y el diseño es mejor). http://store.erikalust.com/es/descargas-digitales/310-porno-para-mujeres-free-download.html

Espero que disfrutéis con él, tanto como lo estoy haciendo yo. 

Un abrazo. 
A.